Desde la Cátedra de Economía General, a través de la materia Economía y Política del Ambiente dictada para alumnos de 3er año de la Lic. Ciencias Ambientales, se realiza anualmente un viaje a la autoridad de la cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR). Este año se realizó los días 19 y 25 de octubre, dos días para garantizar que la mayoría de los alumnos que cursan la materia puedan ir acompañados por los docentes Ing. Agr. Daniel Tomasini e Ing. Agr. Ulises Martinez.

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El circuito comenzó con una presentación de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) en sus oficinas ubicadas a unas cuadras del Obelisco, ofrecida por Lorena Suarez del área de Comunicación y Andrés Carsen del área de Calidad Ambiental. La autoridad trabaja dentro de un Plan Integral de Saneamiento Ambiental, con objetivos a corto, mediano y largo plazo; abarcando temas desde control y monitoreo de empresas y asentamientos lindantes, fortalecimiento institucional para lograr la consolidación entre jurisdicciones (provincia y ciudad), gestión de residuos para evitar que se siga utilizando al río como destino final de residuos sólidos urbanos (RSU), obras e infraestructura que garanticen un ordenamiento territorial para evitar todo tipo de riesgos y situaciones de vulnerabilidad asociados a vivir al lado de un río contaminado.

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Uno de los objetivos principales a corto y mediano plazo es liberar el camino de sirga (35 metros desde el curso de agua) en la cuenca baja del Riachuelo, donde se concentra la mayor densidad poblacional. Se trata de relocalizar a las familias que viven allí, a través de la expropiación de edificios abandonados y/o terrenos sin uso otorgados por el gobierno provincial o de la ciudad. Aquí surgen distintos problemas sociales como que las familias no quieren irse por distintos motivos, porque vivieron desde niños allí, porque tienen sus lazos familiares y de amigos en la zona. También problemas económicos porque viven cerca de su trabajo en alguno de los 26.800 establecimientos industriales y de servicio.

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ACUMAR fiscaliza e inspecciona cada industria evaluando los niveles de vuelcos industriales y permisos correspondientes. En el último año se trabajó sobre 314 empresas que bajaron sus niveles de contaminación y ya no contaminan, sumadas a las 890 empresas que tienen sus planes de reconversión industrial y que están trabajando para bajar sus niveles. La cuenca tiene declarados más de 1000 agentes contaminantes que no cumplen con los valores mínimos de vuelcos industriales.

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Cabe destacar que en la cuenca alta, donde comienza el río, hay distintos establecimientos agropecuarios y barrios privados, cuyos desechos van directo al curso de agua. Esto, sumado a que es un rio de llanura con su caudal variable, trae aparejado problemas de inundación cuando ocurren fuertes lluvias, pudiendo llegar a contaminar las zonas aledañas donde actualmente aún hay asentamientos poblacionales.

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Una vez finalizada la presentación introductoria, el viaje continuó hacia la zona de la cuenca baja del Matanza-Riachuelo (Barracas y La Boca), para seguir el recorrido por Avellaneda. Se realizó la primera parada en el puente transbordador Nicolás Avellaneda (Isla Maciel). Se puede apreciar la significativa diferencia entre lo que era antes el Riachuelo en esa zona y lo que es ahora debido a que actualmente se levantan cerca 1.8millones m3 de residuos sólidos urbanos por año.

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La segunda parada fue en el obrador de ACUMAR, donde explican cómo limpian el rio, a través de unos botes juntan los RSU de mayor tamaño (se han encontrado coches enteros, restos de barcos, escombros) y por medio de unas barreras flotantes recogen todos los residuos de la superficie, un sistema similar al que se usa para contener los derrames de petróleo en el océano.

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El viaje continuó con una caminata al Puente Bosch, desde el cual se puede ver la Villa  26 en proceso de relocalización, por lo que aún hay algunas casas precarias y otras zonas se encuentran liberadas y prontas a reparquización. La siguiente parada fue en la planta Siam, para apreciar el paisaje industrial y una vista de la Villa 21-24, también en proceso de relocalización.

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Ya volviendo, del lado de ciudad, almorzamos en donde antes era el predio El Pueblito, ahora terreno de sirga recuperado. En este momento se despejaron dudas y se realizaron comentarios sobre lo visto recientemente. Uno de los temas que tomó mayor relevancia para los alumnos fue el hecho de relocalizar a las familias y de qué formas lo estaban haciendo, y si existían ayudas económicas por parte del Estado o de ACUMAR. También se habló de la posibilidad del dragado del lecho del rio, ya que hay metros de sedimentos que influyen, a su vez, en que el agua no escurra como debería. Frente a este cuestionamiento, se habló de que al dragar dichos sedimentos se estarían liberando a la columna de agua tanto metales pesados como distintos contaminantes que se habían asentado durante estos años; relacionado al dragado de sedimentos surge otro problema, dónde ubicar las toneladas extraídas del lecho del rio. Por estas razones, no se vislumbra en un futuro cercano el dragado.  

 

Los alumnos opinan: Mariana Petek

Consideramos a la cuenca como un espacio social, económico y ambiental, en la cual ACUMAR tiene que actuar en todos los ámbitos, como un ente autónomo, autárquico e interjurisdiccional que conjuga el trabajo con los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nacional, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Como dijeron los profesionales que nos acompañaron, todavía queda mucho por hacer pero las mejoras son visibles y tienen un impacto en la población.

 

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